Algunas personas ahora buscan cancelar la película ‘El diario de Bridget Jones’ por considerarla gordofóbica y sexista; ¿qué opina la autora?

Ahora que está en pleno auge la cultura de la cancelación ha salido una víctima más. Se trata de la película El diario de Bridget Jones, que salió en el 2001.

Esta película llegó a cambiar todo lo que creíamos saber de las comedias románticas.

La protagonista no era una mujer en sus veintes con cuerpo de supermodelo, sino una treintona un poco torpe, chaparrita, y lo que muchos considerarían como gordita.

Y es que a la luz de 2021 esta película que se convirtió en referente de las comedias románticas ha resultado menos feminista de lo que recordábamos.

¿POR QUÉ QUIEREN CANCELAR A BRIDGET JONES?

Bueno, para empezar las nuevas generaciones creen que la película no cuestiona lo suficiente el mito del amor romántico.

Sí, Bridget Jones no luce como las protagonistas a las que estábamos acostumbradas, pero su meta número uno (al menos en la primera cinta) sigue siendo encontrar un novio.

Y desde luego está la obsesión de Bridget por encajar con los estándares de belleza de hace 20 años. Eso sin mencionar lo normalizado que estaba el acoso sexual de Daniel Cleaver, el tío Jeffrey y el Sr. Fitzherbert.

LA AUTORA RESPONDE A LAS CRÍTICAS

Helen Fielding, autora de la saga de libros en la que se inspiran las películas, respondió a los comentarios en redes que llaman a cancelar la historia de Bridget Jones.

Y admitió que en la actualidad sería impensable hacer una historia así pensando en que suena divertida.

No podría escribir nada como eso ahora. El nivel de sexismo con el que lidiaba Bridget, la mano en el trasero en varias de las escenas, las tomas de sus pechos.  Al final ella da la vuelta a la situación y se las saca en cara, pero fue solamente una parte aislada de su vida. Para mí fue muy chocante ver como han cambiado las cosas”.

Pero antes de ir y cancelar cualquier serie o película habría que recordar el contexto en el que fueron hechas.

No porque lo justificara, sino precisamente para ver cómo hemos cambiado (para bien) y para identificar las conductas que en la realidad ya no son ni serán aceptables.