Por: Oswaldo Ceballos

El fútbol mexicano destaca por muchas cosas menos por sus dirigentes, esos directivos hambreados que buscan cualquier pretexto para hacer más y más partidos lo cual a la larga afecta lo deportivo, pero les beneficia en lo económico.

En mi vida he conocido un torneo que de 18 equipos hagan calificar a 12. Más del 50 por ciento de los participantes son acreedores a pasar a la siguiente ronda.

Hablemos del lugar 12, el último que arañó la calificación: Puebla.

Ese equipo ganó la mitad de los partidos que el líder León y perdió tres partidos consecutivos en la recta final cuando más tenía que aplicarse para estar en la mal llamada “Fiesta grande” del fútbol mexicano.

Lo peor, que los seudo expertos al ver que un 8 le gana a un 1 llaman a eso competitividad y lo único que demuestra es que la mediocridad de los dirigentes se traslada al campo.

Una prueba más: el último lugar se quedó a solo 9 puntos de zona de calificación.

Aquí y en China, esas son chingaderas.