El origen del mal: de carga maletas a candidato

Por: Oswaldo Ceballos

El fenómeno “Javier Duarte”, no comenzó aquél primero de diciembre de 2010 cuando fue ungido como Gobernador Constitucional de Veracruz por un periodo de seis años.

No.

La maquinaria para gobernar con total impunidad durante 12 largos años había empezado el primero de diciembre de 2004, cuando Fidel Herrera Beltrán alcanzó la gubernatura en un acuerdo evidente con Gerardo Buganza Salmerón, del PAN, quien después de contender en contra del originario de Nopaltepec “obtuvo” una diputación federal, la secretaría de Gobierno (ya con Javier Duarte en el Ejecutivo estatal), la secretaría de Infraestructura y Obras Públicas, una precandidatura independiente fallida para la gubernatura 2016 – 2018 y posteriormente ser diputado por la vía plurinominal como parte del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), nada mal.

Fue Fidel, quien por encima de un “candidateable” como Héctor Yunes Landa (quien se escuchaba con mucha fuerza), se decantó por un plan mucho más maléfico: Poner a su otrora carga-maletas en el trono.

Al llegar Herrera Beltrán a la gubernatura en el 2004, Duarte se encargó de la subsecretaría de Finanzas del Comité Directivo Estatal del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en el estado de Veracruz.

El padrino político de Javier Duarte, le endilgó una nueva encomienda, ser subsecretario de Finanzas y posteriormente subir de puesto para ser el titular de la Secretaría de Finanzas y Planeación (SEFIPLAN).

A partir de ese punto, Javier Duarte de Ochoa ya tenía acceso directo al dinero de los veracruzanos.

Por indicaciones del entonces gobernador Herrera, ya realizaba operaciones para ajustar, cuadrar, llenar y justificar de cualquier forma los huecos que Fidel ordenaba hacer en el presupuesto estatal.

Un sexenio, el de 2004-2010, con un derroche económico abrumador; no había día que Fidel Herrera Beltrán no gastara de forma bestial, y es que citando uno de tantos ejemplos, es muy conocido el gusto que ha tenido Fidel por las mujeres, especialmente las rubias.

Y ese gusto, hacía que Herrera Beltrán tuviera (según los fantasiosos) “una amante en cada uno de los municipios de Veracruz”.

Javier Duarte, tenía apenas 31 años cumplidos cuando alcanzó un puesto alto en las finanzas públicas, y demostró, que todo ese ser-vilismo le funcionó para ganarse la confianza del patrón.

Lo postulan candidato, pero no sin antes preparar el terreno y jugar una diputación federal por el distrito de Córdoba, en donde le colocaron como contrincante a un exfutbolista profesional veracruzano, Carlos Hermosillo.

Y venía la candidatura…

Muchos priistas se saboreaban ser el elegido, pero el pueblo veracruzano en ese momento no se imaginaba la catástrofe que estaba por venir, las cantidades que estaban siendo desviadas, el fraude inmenso que se había gestado.

Cientos de “medios de comunicación” surgieron durante el sexenio de Fidel Herrera, no había tiempo para analizar, quien pudo tener 5 minutos a solas con el exgobernador para presentarle su “proyecto” tendría la fortuna de conseguir un convenio.

Y así, el estado se fue pintando de rojo.